La estación esta vacía, a lo lejos, puedo ver
su silueta, todavía invisible, se acerca, se agranda como un mancha oscura. Sus
mocasines negros, su pantalón de
corderoy, su remera arrugada, una libreta en la mano, sus rodillas, su cintura, su torso, la gesticulación
nula de su rostro, sus ojos brillando, llenos de agua. Alrededor, aire, aire y papel picado. El escándalo termino. Ya
hay trenes a once. En dos horas se abren las puertas. Esta justo frente mío, me
mira la frente, busco su nariz. Me pierdo en sus pupilas expandidas. El hombre sin ojos, no sería más que una
piedra, con dos huecos enormes y vacios. El esta vacio. Yo también; sin embargo su mirada se mantiene constante,
en cada nuevo encuentro puedo descubrir más humedad, más nicotina,
mas desgano, grietas rojas. No tengo dudas que todo pasa por la mirada,
los sentidos, los sentimientos, indisimulables. Lenguaje, no hay más. Estas
palabras son absurdas, como todo razonamiento,
solo es una voz que habla, habla, habla, pero si levanto las pestañas estoy perdida, como un suspiro. Estamos
perdidos, la experiencia, el vicio, el sentir, el resentimiento, el dolor, el asco, la furia, la represión, la lástima, el deseo, la muerte, todo se escapa de nuestro refugio en el
brillo perturbado de la mirada. Estoy
perpleja. No puedo despegar mi atención de sus ojos. Me encandilan, me
horrorizan, me penetran. Estamos uno frente al otro en el no suceder,
atemporales, desganados, vacios, oscuros, llorando. Quiero acariciarle el rostro, las cejas, el
costado de la ojera, la cabeza. No puedo reaccionar, no puedo dar órdenes a
otra parte de mi cuerpo que no sea la vista, en la suya (incluso esto no es más
que un recuerdo). Otra vez escucho el ruido
de las cadenas, las llaves dentro de los candados, los pasos desesperados. La multitud que avanza. Te voy a perder, otra vez. La
electricidad de las vías chipotea, el
resto se apila expectante, se empuja. Caen, entorpecen la llegada. Nos separan.
Siempre ansiosos por estar ni ellos saben
dónde. dónde estás?

Muy especial tu estilo de escribir, la forma en que describíes ese encuentro de miradas.
ResponderEliminarY elegiste una imagen adecuada.