Se sentaron en el colchón, contra la pared. Hablan
de sexo. Manos ajenas arrastrándose por la alfombra, y violación. La pierna de un infante socialmente
inadaptado se introduce en sus conchas húmedas, una por una y una por vez. Se ríen, les hace
cosquillas. Se olvidaron del imaginario, no toman alcohol, les tienen miedo a
las drogas y siguen extasiadas de una lujuria mentirosa, o demasiado real. No
comparten más que una escupidera de experiencias y una lista de forros mal usados.
Gritan, gritan por amor, por amor a la verga. Gritan cada vez más alto para que
entren las más grandes. Y hace mucho
tiempo que estoy sola. Perdimos la capacidad de amar, que nunca tuvimos. Llueve
a cantaros y siguen gritando. Mi perra
le tiene miedo a la lluvia, y quiere que la abrace.
. Feliz cumpleaños.
Teniendo la lujuria, ¿quien necesita todo lo demás?
ResponderEliminarLos perros
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