martes, 13 de septiembre de 2016

Te resucito.

Te resucito.
Te resucito en cada ulcera de mis entrañas
en cada grieta de mis dientes
en la sangre que escupo.
Te resucito en la nausea
en la bilis
en los parpados naranjas
la tés amarilla.
Te resucito en el llanto
la gárgara
en el ardor de mi laringe
en la acidez de mi pecho
en la espalda encorvada,   que quiebra.
Te resucito en la sal frente al mar
en la arena, estancado
en la arena y la multitud defecando sobre la farsa de tu  tumba,
te resucito.
El agua crece y rompe en mis pies
los tuyos
nunca estuvimos tan unidos como en la eterna distancia
por eso:  te resucito,
repito: te resucito!
para olvidarme otra vez de tu rostro enfermo
para perderme otra vez en el delirio conocido.
Y deambulo, 
deambulo buscando la magia  de las palabras
el milagro
deambulo en busca de una verdad
u otra mentira que nos consuele mientras caigo. 
mar adentro, 
extrañada, 
deambulo. 
La arena raspa mis ojos y toda  la sal
El excremento,
Las cenizas
entra en mi boca.


Me ahogo.

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