domingo, 13 de marzo de 2016

GULA

-El vientre vacío, la gula insatisfecha detonando en el agotamiento incontrolable del cuerpo, el poder de la fruta dispuesta sobre la mesa como en un cuadro, el renacimiento de los pezones por debajo del camisón esclavo desnudándose en sepia ante la mirada deseosa detrás de las paredes. La ciruela roja chorrea por la comisura de los labios vírgenes, se sienta dispuesta a entregar en ofrenda su piel con rosácea ante la vigilia de Dios. El cuarto contiguo trae la melodía sorda del sacrificio, una sinfonía oscura que simula luz por la presión prolongada de la mano invisible sobre sus piernas. Perdida en el acto turbulento del imaginario, sus pupilas avergonzadas recuperan la fiebre de la conciliación. El calor en la carne la estremece.  El vientre vacío, engendra el caroso de la resurrección. - 

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