Abrazame. Quiero acostarme en tu pecho
peludo, que me transpire y me raspe los
cachetes; que cada uno de tus pelos se meta en mi oreja izquierda, que como un alfiler me acaricien el cerebro pegajoso;
que uno de esos se pegue a mí justo
entre la piel del mentón y los labios. Bostezar. Que ese mismo pelo se atore en mis dientes delanteros. Dormir.
Profundamente. Roncar,
profundamente. Sobre tu pecho
peludo que vuela en la brisa cálida de mi nariz, de mi garganta, roncar; que me
levantes la cara, con un dedo. Que con un dedo, me levantes la cara,
adormecida; y que me des un beso agrio con gusto a mis tetas, saladas.
Me gusta eso del beso agrio en las tetas saladas.
ResponderEliminarMuy intenso el poema sin estructura.
todos los hombres de pelo en pecho te agradecemos por estas bellas y fuertes palabras....
ResponderEliminarsutíl, oda al peludo, la envidia del lampiño.
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