jueves, 13 de junio de 2013

manosear




El otro día mientras subía  las escaleras del puente, ese que esta en nuestras fotos,  me acordaba de vos. Mire para los costados, la autopista, los kilómetros, la velocidad rozando fugazmente cada  lado, con tus palabras  que se escribían en la ruta. Ya arriba, comencé a correr. Me sentía desnuda ante tus ojos,  el aire me pegaba en el cuerpo, en las mejillas, en la boca, en el sonido del movimiento. Toda nuestra historia paso en esos eternos segundos, como  imágenes de flash back. Tus canciones, tu voz, sonrisas, caos y tus canciones, una y otra vez tus canciones. 

Sos la letra y la melodía de mi vida, hoy y para siempre. Para siempre hoy y no importa mañana. El viento me golpeaba fuerte, yo solo quería que te traiga conmigo, de vuelta, una y otra vez de vuelta.
Amaba nuestra historia, por difícil y complicada, y también la amaba por lo banal y predecible que resultaba. Entre mis recuerdos me agarras la cara, me apretas fuerte los cachetes y  me  amagas un beso, después me lo das, o te lo robo cuando te distraes, o las dos cosas, todo junto. Tus manos en mis piernas mientras mirábamos Howl, tus manos en mi panza, tu mirada penetrante mientras nos acostábamos. "Oh Victoria, olvida tu ropa interior somos libres" y así era siempre y en la misma escena. 

Me acuerdo que entre la gente nos creíamos mas normales, es que realidad la anormalidad no existe y si existe es ajeno a nosotras, esta en los pensamientos cerrados, creo. Nos sonreíamos y nos empujábamos, yo te tocaba el pelo y vos me agarrabas la mano por abajo de la mesa, aveces me acariciabas, yo me ponía colorada y todo se volvía un poco tenso.  Cuando quedábamos solas nos liberamos como corriendo por un puente, entre caídas y golpes, y tus dientes amarillentos de nicotina, tus pupilas rojas y tus rulos volando en el viento, quietos con el agua, despeinados en la cama. Te extraño, que se yo. Hoy tenia ganas de una corrida de boludeses, como decirte te quiero por ejemplo, pero no se donde estas. 

No se que estarás haciendo, yo solo te recuerdo a la tarde , a la noche, a la mañana, en la ducha y cuando suena esa canción que vos tanto cantabas y lo hacías tan dulce, con tu voz raspada, el porro en la mano, desafinando mientras me mirabas, y solo eramos eso. Sos la letra de tu canción favorita, que resulta que es la mía porque creo que sos mi mano favorita. Quiero volver a tus caricias y la memoria es el único puente que me las devuelve, un rato. 

Ya inmóvil, solo baje otras escaleras, al otro extremo del recorrido. Sabia que no ibas a estar, igual no estoy triste, el viento me seco las lagrimas invisibles que querían desvanecerse en mi rostro. Ojala haya mas puentes en el camino con los que pueda recordarte, quizás algún día  te recuerde tan fuerte que  llegue a tocar  un poco tu espíritu y capaz hasta me acerque a tus piernas. 




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